7.12.06

Diez

Suena.
Una vez.
Dos veces.
Tres veces.

Número desconocido.
Responden.

- ¿Hola?

- Hola… -atropellada- Sé que no me conoces, pero conoces a Óscar, ¿verdad?...

Silencio de humo. La voz temblorosa de Carmen acaba de hacer un esfuerzo sobrehumano.

-Sí. –Alegre- ¿Te ha pedido él que me llames? Llevo días…

Carmen la interrumpe seca.

- Él no te dijo que tenía novia ¿verdad?

Silencio.
Más silencio.

- Claro que me lo dijo. Tú debes ser Carmen. Me habló de ti, de vosotros… Pero me dijo que ya no estabais juntos y que…

Carmen, vestida de negro, siente que el suelo del Retiro se hunde bajo sus pies, lanza un sollozo roto que se expande por cada esquina, siente temblar sus piernas, llora sin poder llorar, quebrada, le falta el aire…

Mientras, el niño de pelo oscuro sigue haciendo de las suyas y su madre intenta que no se rompa nada en uno de sus saltos arriesgados. La pareja de enamorados se besa. El mimo se ha ido. El chico que toca la guitarra sigue a lo suyo. Las dos chicas también. La vidente guarda un billete en su bolso y los dos chicos se alejan sonrientes.

Una joven, con falda verde y camiseta amarilla, se da la vuelta para comprobar que había oído antes aquella voz, hacía muy poco. Carmen levanta la mirada. Ojos de bruma. Carmen y aquella chica se cruzan de nuevo, esta vez en el aire.

- ¿Sabes Carmen? -Muy triste- A veces las cosas no son lo que parecen… Pero a veces sí.

La chica cuelga y empieza a caminar hacia Carmen como si toda la tristeza del mundo se hubiese posado sobre ellas…

Carmen llora, deshecha, sentada en un banco del Retiro, con el móvil en la mano muerta, mientras ve cómo se acerca la chica, esa joven tan dulce que hace un momento la abrazaba.

Cuando llega junto a ella, vuelven a abrazarse, esta vez en silencio.