27.10.06

Nueve

Formentera.

Su avión aterrizó en el aeropuerto de Ibiza bajo una intensa lluvia. Equipaje de mano. Llegó a Formentera a bordo de un ferry lleno de turistas italianos.

Lucas llegaría cinco días después. Carmen y Luna, solteras.

Compró una bicicleta. A juzgar por su estado, el velocípedo había dado la vuelta a la isla en más de una ocasión... Pedaleó en busca de una playa tranquila donde poder instalarse. La encontró a media tarde cerca de El Pilar. Se enamoró de la isla. Amor a primera vista.

Tienda de campaña. Saco de dormir. Se quitó la ropa lentamente hasta quedarse completamente desnudo. Encaró el horizonte y gritó, éxtasis. Corrió hacia la orilla y se zambulló en su alegría. Después de un generoso y relajante baño regresó a la playa. Todavía desnudo buscó leña en los alrededores. Fuego. Cenó de cara a un Sol agónico que despidió el día con gritos de color.

Hacía diecisiete meses que había decidido compartir su vida con Carmen. A él nunca le había gustado la idea de comprometerse con nadie. Y seguía sin gustarle, pero se había acostumbrado a Carmen y, aunque no le gustaba admitirlo, la quería más de lo que nunca admitiría pero... Se quedó dormido junto al fuego.

Los primeros rayos del sol interrumpieron un sueño. Cuerda. Lucas. Óscar. Tirando de ella en sentidos opuestos. La brisa acarició su cuerpo todavía desnudo. Caminó hacia la orilla. Curiosidad.

Salió del agua poco a poco. Vestía únicamente un viejo pantalón corto de atletismo. Sílfide. Se detuvo frente al cuerpo desnudo de Óscar.

"Hola," su voz, dulce, relajada.

"Hola," su voz, ronca, agitada.

"Mi nombre es Luna, ¡buenos días! ¿Quién eres tú?" Sonriendo.

"¿Yo?" Nervioso. "Yo, yo soy Óscar... Encantado."

Cinco días después Lucas llegó a La Sabina en el mismo ferry que Óscar, sonriente. La sonrisa desapareció. Óscar lo estaba esperando, aturdido, magullado, tenso.

"¿Qué pasa?"

"Sígueme, no hagas preguntas..."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jeje...

Sabes, para mi el amor es algo así como una brisa, por ejemplo como la brisa que pudo sentir Óscar cerca de la playa. Es algo suave, sutil, te acaricia de pies a cabeza y desaparece, es efímero, y sin embargo esta ahí, es propio de la playa, seguirá ahí mañana, soplando con la misma suavidad, como quien no quiere darse importancia, como quien solo quiere dar amor.

Neus y su brisa.